El centro neurálgico de la obsesión mamaria. Somos y existimos por el disfrute de unas buenas tetas naturales, grandes, medianas, pequeñas; con o sin leche...

lunes, 24 de febrero de 2014

Ansiando un futuro así...

A mediados del año pasado, allá por el mes de julio, me enteré de una noticia de China en la que se hablaba sobre la comercialización de leche materna para adultos con un gran éxito. La nota decía lo siguiente:
La agencia de servicios domésticos llamada "Xinxinyu", ubicada en Shanzen, en las cercanías de Honk Kong, ha desarrollado un sistema que permite que los adultos paguen por beber leche materna. Las modalidades para acceder a ella son dos: ya sea directamente desde el pecho de la mujer, o con un extractor de leche.  
Las llamadas "nodrizas para adultos", reciben alrededor de 16 mil yuanes mensuales ($40,000 MXN, $2,500 USD o $2300 EUR), y según informa el sitio Metro.co, Lin Jun -propietario de la empresa- aseguró que "quienes lucen más saludables y fuertes, reciben un poco más de dinero". A pesar que la creencia popular china indica que la leche materna es la mejor forma de sanar a los enfermos, esta extraña tendencia ha sumado detractores que aseguran que se trata de una práctica poco ética. 
Una encuesta reciente a través de redes sociales reveló que el 90 por ciento de la población está en contra de este servicio por ser antiética, mientras que el 10 por ciento restante aseguró que se trata de una práctica netamente comercial. En tanto, algunos medios chinos han asegurado que esta práctica no hace más que alimentar la idea de tratar a las mujeres como "bienes de consumo, mientras que los chinos más ricos se han hundido moralmente". 
No sé ustedes pero a mi me encantaría que en otros países (incluyendo el mío por supuesto) se empezara a ver con buenos ojos una iniciativa como la que tuvieron en China, sería todo un manjar poder disfrutar de un dispuesto par de turgentes pechos para obtener ese rico néctar que tanto anhelamos los vampiros blancos.

Y estoy seguro que a muchos de nosotros nos encantaría ser dueños de una empresa así, significaría una tremenda dotación de leche materna de la que podríamos gozar personalmente con las mejores fuentes lecheras.

Notas como esa me recuerdan lo que tanto solía comentar Lactferatu sobre las asiáticas. Aunque de algo estoy seguro, si esto llegara a nuestros países, ninguno de nosotros eligiría la opción de beberla con un envase.
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