Recordarán que en posts anteriores les hable sobre la última cacería que hice, creo que ya hace más de un mes de eso. Pues bien, todo este tiempo la hembra en cuestión había estado fuera de mi radar, no porque yo no continuara con mi cacería, sino porque desde ese día en que la vi, ella simplemente ya no se aparecía por ahí.
Si recuerdan el post en que le hice el primer acercamiento a esta hembra, sabrán que mi cacaería de ese día fue algo precipitada, pues como nos menciona nuestro compañero Maquiavel, ya atravesaba por esa carencia alimenticia desde hace mucho y esta presa simplemente no podía dejarla pasar. Aunque claro, ya saben como terminó todo el asunto ese día. Yo seguí hambriento y la hembra lactante "A", logró irse a casa con las tetas intactas.
Sin embargo un buen vampiro blanco nunca debe rendirse, y así fue como decidí seguir frecuentando ese parque durante algunos de los descansos del trabajo. Comía algo ligero y luego caminaba por ese lugar esperando encontrarme nuevamente con "A".
Y luego de varias semanas de aquella cacería, este viernes pude toparme nuevamente con ella. Fue casi como la vez anterior solo que ahora la vi caminando a lo lejos con la pañalera de su retoño colgada al hombro. Yo andaba más que hambriento ese día y al verla se activó al instante mi instinto de vampiro blanco. Caminaba con la mirada baja y solo la levantó cuando, estando cerca de mi, la saludé. Supongo que al estar amamantando a su egoista bebé, le es más práctico usar blusas de botones, pues estaba vestida casi igual que la otra vez. Y a mi parecer, esas tetas parecían estar igual de infladas y apetitosas ya que no las ocultaba con ninguna sudadera.
Luego de la sorpresa que le causé, ella accedió a sentarse también. Supe que se dirigía a recoger a su bebé de la guardería como la vez anterior, solo que al tratarla, fue muy obvio para mi que estaba algo incómoda con la situación. No hubo mucha conversación solo algunas cosas sin importancia, y un intento por su parte de justificar el comportamiento que tuvo ese día. Me dijo que jamás había intentado algo así y que su esposo y su hijo y bla, bla, bla... La escuchaba hablar pero todo lo que pensaba era en las tetas bajo su blusa y su rico contenido.
Parecía más preocupada que antes, así que luego de insistir, me confesó que seguía teniendo problemas de dinero, lo cual me permitió proponerle un trato justo para que pudiera ayuudarla un poco. Si, estaba tratando de ofrecerle un "tributo para la fuente" que en otras palabras no era más que darle dinero por chuparle las tetas para tomarme su leche materna. Se lo dije educadamente y aún así ella trataba de evitar mi mirada. Noté que dudaba con mis palabras. Y no quise que siguiera pensando en morallidades, así que me arriesgué a dar un paso adelante y olvidándome de mi oferta anterior a cambio de sus servicios ($ 600 MXN - $45 USD - €35 EUR) esta vez le ofrecí un poco más, cuatro billetes de $ 200 MXN.
Me parecía un poco excesivo, pero los tenía. Ella por fin levantó la mirada y luego de un suspiro accedió, y esta vez me aseguró que no habría problemas. Todo estaba listo.
Así que la subí a mi vehículo (el suyo lo traía su esposo) y me pareció buena idea ir al mismo lugar, el estacionamiento del centro comercial. Mientras conducía, ya me saboreaba el rico manjar que me darían sus globos de carne, y vi que se las toco un par de veces, dándome una señal, de que podrían estar bien cargadas para su bebé. Pero no podría asegurarlo. También parecía estar un poco nerviosa así que le dije que no se preocupara, que no haría nada que no quisiera (solo enrojecer sus mamellas). Tal vez sería un poco difícil hallar un lugar fuera de la vista de curiosos en ese estacionamiento pero no quería perder tiempo buscando otro lugar, y ella todavía tenía que pasar por su bebé.
Así que al llegar hice lo mismo, le dí la mitad del tributo acordado y luego de guardarlo en su pañalera, la puso en el suelo, y con algo de resignación en su rostro, empezó a desabrocharse la blusa. Unos tres botones antes de detenerse. Yo al instante pensé que podría ponerse a llorar como la última vez, así que lentamente le ayudé a desabrochar el resto y mientras lo hacía, ella suspiraba con nervios, pero también pude sentir esas ricas mamellas, y sin duda estaban repletas de leche.
La blusa no se la quitó completamente, solo dejó afuera sus pechos, aún enfundados con su bra (de esos que se abrochan por adelante), y nuevamente dejaban ver esas venas que anuncian la presencia de nuestro preciado maná, aunque luego de ver el volúmen que tenían no cabía duda de que estaba bien cargada. "A" llevó sus manos al broche de su sostén y luego de pensarlo un poco lo quitó y se quedó así, no se movía solo suspiraba nerviosa y volteaba a los lados temiendo que alguien pasara.
Yo puse fin a la espera y acerqué mis manos para liberar de su prisión esos dos globos de carne. Le hice a un lado las copas del bra y por fin pude ver esas mamrias sin tapujos. Tenían el tamaño justo, no estaban caídas, eran muy blancas y poseían unas areolas y pezones de color café, pezones algo grandes debo agregar, adecuados para usarse adecuadamente, algo simplemente apetitoso. Vi que las copas del bra las tenía algo húmedas, pero lo que me prendió todavía más, fue que en su pezón izquierdo tenía un gotita de leche. Yo ya no podía más con la calentura que tenía, quería irme encima de ella y mamarla sin piedad hasta dejarla seca, pero mantuve mi comportura y me limité a acariciar un poco esas tetas que tanto se había escondido. Su cara era todo un poema, no sabía donde poner los ojos, si cuidar que nadie la viera o si veía mis ojos mientras le amazaba las tetas y jugaba con sus pezones, pero si pude ver como se ruborizaba.
Y podía seguir amazando esas turgentes y suaves tetas, pero al ver como gracias a mi magreo, esa gotita en su pezón se convertía en un delicioso chorrito que resbalaba por su areola, en ese entonces me dejé de cosas y tuve que llevar a mi boca ese rico pezón junto con su exquisito néctar recién salido y al tocar mi paladar, sólo puedo decirles compañeros del clan, que la leche de esa hembra si que sabía deliciosa. Un auténtico y dulce placer de los dioses. Y luego de saborear su leche, lo siguiente que hice fué lamer un poco más su mamella para después succionarle el pezón como solo un vampiro blanco es capaz de hacer y luego de un par de intentos un caliente y poderoso chorro de leche me llenó la boca.
Sin duda el avaricioso de su bebé se iba a dar un festín con estas mamarias, pero no contaba con que se le adelantaría su enemigo natural. Así que sin mucho en mi cabeza, yo solo me dediqué a mamar y beber ese sabroso néctar, chorro tras chorro me llenaba la boca con cada mamada que le daba y no me detenía, no dejé escapar ni una sola gota, toda esa deliciosa leche materna debía nutrirme por todo este tiempo que estuve sin beber el preciado maná.
Yo levantaba la mirada varias veces y la notaba más relajada, logré ver que tenía los ojos vidriosos pero de vez en cuando los cerraba. No sé cuanto tiempo estuve mamando de su pecho izquierdo pero llegó un momento en que ya solo salían pequeñas gotitas. Ella supo que solo iba empezando y cuando me levanté para tomar su otro pecho ella puso su mano en su teta derecha, tapándose el pezón y me recordó que tenía que amamantar a su bebé después. Sin duda yo quería la leche de la otra nena, así que para dejarse hacer, tomé un billete de a $ 200 MXN que tenía en el bolsillo de mi camisa y se lo ofrecí. Yo creo que no quiso rechazar $ 1000 MXN así que tomó el billete, lo guardó en sus jeans y retiró su mano, dejando libre su rico pezón.
Y así, su otra teta recibió el mismo tratamiento, pues por suerte estaba tan llena como la primera, solo que esta vez le succionaba más fuerte, y hasta pude notar como emitió unos cuantos gemidos mientras me nutría con sus pechos. Típica conducta de zorrita. Lo raro es que no hizo algo por hacer que aminorara mis succiones, y se etremecía. Por suerte no hubo nadie que se acercara al carro, o al menos ella no se alarmó, fue suerte supongo.
Luego de terminar de beneficiarme de sus ubres, yo me incorporé al asiento y ella procedió a ataparse, abrochando su bra y su blusa. Ahora esas tetas se veían un poco diferente. No lo pensé hasta más tarde pero de seguro su bebé se quedó con cara de poker al ver que por más que mamaba no salía tanta leche de su mami jejeje, ni modo bebé, se te adelantaron. A tomar fórmula.
Así que "A" comprendió que era todo y yo saqué de mi cartera el resto de su pago, mierda $ 1000 pesos, debe ser la leche más cara del mundo, pero no importa, ningún paquete de leche de vaca puede darte esta satisfacción, y menos cuando la leche la bebes directo de la fuente, en este caso la hembra lactante. Luego de eso, ella sólo me decía sorprendida que no podía creer lo que acababa de hacer, pero que no tenía opción, necesitaba el dinero.
Luego de que el trato había terminado, recordé por supuesto Mamelladores, y traté de conseguirles una foto, al menos de las mamellas de la hembra pero la zorrita no aceptó, ni modo. Por eso les ilustro esto con fotos a manera de complementar esta cacería. Y yo sin más que decir, pasé a dejarla cerca del parque para que recogiera a su bebé, creo que habían pasado como 40 minutos aproximadamente.
Todo el camino me fui con ese delicioso sabor en mi paladar, algo que sin duda recuerdan. Al salir del carro, "A" de pronto se inclina y en su mano tiene un billete de $ 200 MXN, dijo que por lo de la vez pasada. Bueno, algo es algo. Una buena ración de rica leche materna por solo $ 800 MXN, algo caro... tal vez. Pero lo bailado nadie me lo quita. Yo solo espero poder encontrarme nuevamente con esta hembra. Aunque no sé porqué presiento que quizás no será muy pronto.
Vampiro blanco 1 / Bebé 0