El centro neurálgico de la obsesión mamaria. Somos y existimos por el disfrute de unas buenas tetas naturales, grandes, medianas, pequeñas; con o sin leche...

jueves, 21 de agosto de 2014

Hambriento...

Así es, como dice el titulo del post, al parecer ya comienzo a sentir ese deseo, esa incipiente necesidad por succionar y beber hasta la saciedad ese preciado néctar que sólo las lactantes nos pueden ofrecer. Ya en mis entradas anteriores había mencionado a "Lauren", mi compañera de trabajo, así es, aquella que estaba preñada y a punto de convertirse en fuente oficial por primera vez, pues bien, luego de un tiempo está de regreso en la oficina y sin querer está convirtiéndose en presa de mis instintos.

El sólo verla con los pechos visiblemente más grandes (señal inequívoca de que su retoño ya debe estar pero que no puede con tanta leche materna) es motivo suficiente para lograr tener un montón de ideas perversas con la nueva mami, no tienen una idea de cuanto se me antoja estrujar y mamar esos pechos que se aferra por ocultar, y por lo mismo hace aflorar mi instinto blancovampírico que estoy seguro que también ustedes han tenido en determinados momentos, y aunque es verdad que me considero un sujeto tranquilo, el  hecho de tener semejante y jugoso manjar tan cerca de mi, hacen que me distraiga de mi rutina laboral.

Lo cual me deja contemplando una sola idea, disfrutar pronto de un buen par de mamellas repletas de leche si se puede, claro está un par de mamellas que ostenten también esas venas que nos dicen a gritos que la hembra está convertida en una nutritiva fuente, como en la imagen:
Apetecible ¿no?

Y es verdad, con esta necesidad contínua incluso podría perder algo de autocontrol e intentar disfrutar del dulce alimento de la nueva mami en mi oficina. Arriesgado, es cierto. No lo sé, si la situación continúa así quizás me vea obligado a salir de cacería como hace tiempo no lo hacía y buscar por ahí alguna hembra o futura mami que me de a mamar de sus pechos, no impotando si deba llegarle al precio, como buena zorrita, tal vez hasta pueda salir más beneficiado.

Rayos, con tener a mi merced las generosas y suculentas ubres de una hembra bien dispuesta, incluso me conformo si no tienen lechita, sean grandes o pequeñas, morenas o blancas, todo con tal de calmar un poco esta hambre.

Les dejo de momento con el video de una zorrita lactante, una que bien podría trabajar como fuente inagotable para el disfrute de muchos vampiros blancos, algo con lo que recordaremos lo delicioso e irresistible que puede ser ese preciado maná que tanto añoramos los de nuestro clan, en mi estado es como echar leña al fuego pero se trata de compartir. Disfruten compañeros.

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