El centro neurálgico de la obsesión mamaria. Somos y existimos por el disfrute de unas buenas tetas naturales, grandes, medianas, pequeñas; con o sin leche...

viernes, 27 de septiembre de 2013

Para ir entrando en materia...

Vamos a ir entrando en matería, escarvaré en mi pasado, les contaré algo muy importante que ocurrió hace años.

Desde el día en que supe que era un auténtico amante de los pechos femeninos, ya tenía una fantasía que jamás pude cumplir. En aquellos tiempos, cuando era un adolescente, tuve una maestra de inglés en la preparatoria que a muchos nos llamaba la atención, y no porque diera sus clases tan profesionalmente, sino por su enorme par de tetas, unas nenas tremendas, pesadas y que diario lucía con unos escotes dignos de recordar.

Siempre usaba blusas escotadas y faldas no muy cortas pero si que dejaban mucho a la imaginación, tenía en general un cuerpo muy hermoso, no era una supermodelo de playboy pero si tenía todo muy bien repartidito, ah y claro, como yo era entonces un pre-vampiro blanco, lo que más me interesaba era su graaan delantera. Y no miento compañeros, cuando digo que la candidata a fuente láctica seguro usaba una talla 38-DD o 40-DD.

En parte esto influyó a convertirme en un amante de los pechos femeninos, mas no en convertirme en vampiro blanco, ésa es una historia que dejaré para otro momento.

Si se preguntan cual era mi fantasía con mi maestra, amm... llamémosla "Angie" era la de poder lanzarme sobre ella y sumergir mi cara entre esos dos enormes globos que tenía y que lucía con mucho orgullo, aquel par de melones que siempre quise saborear hasta cansarme de lamerlos y succionarlos con maestría. Muy seguido en sus clases, me hacía yo el tonto que no entendía muy bien alguna cosa que ella explicara, y muy gentil e inocentemente se inclinaba a mi lado o en frente de mi pupitre, deleitándome con una mejor vista de sus pechotes, parte de su sexy bra, y el inicio de su canalito que insitaba al deseo, toda su delantera me la ponía bien cerca de mis ojos, en su intento por disipar mis "supuestas dudas", sin saber que yo estaba más concentrado en sus enormes y jugosos senos que en su explicación. Y claro, jamás me dió problemas el inglés, solo fingía tenerlos.

¿Que si cumpli mi fantasía con ella? Pues lamento decepcionarlos camaradas, porque no sucedió nada más que mi diario saliveo por esos ricos manjares. Lo que si les digo es que un par de veces si me sorprendió in-fraganti mientras le veía sus buenas mamellas, ¿pero quien la manda exhibirlas como dos melones en un plato? Su reacción en ambos casos fué una cómplice sonrisita que sólo yo noté.

Por eso se me ocurrió agregar unas cuantas imágenes de cómo me hubiera gustado cumplir mi fantasía con la "Miss Angie". Aunque la mujer de las grandes mamellas que aparece en las fotos no se parece mucho a la "Miss Angie" porque ella no era morena. Pero con mucho gusto tomaría el lugar del guero ese si tuviera la oportunidad.
Primero mi clásico truco de "maestra Angie, no entendí muy bien, ¿me puede explicar en el receso?"

Luego de una tortura de varios minutos en que casi babeo por ésas grandes tetas, me iría sobre ellas para beneficiarme de lo lindo como si no hubiera un mañana.

Si claro, seguramente se hubiera enojado y resistido a mi precoz cacería de vampiro blanco, pero...

Tarde o temprano sucumbiría ante mi, y no sólo me ocuparía de sus grandes y pesados pechos, hasta hartarme, sino también de ella misma.

Y bueno compañeros, ésta fué sólo una fantasía que nunca cumplí con la Miss Angie, en ésos años yo sólo era Tony, pero posteriormente les contaré el momento clave en el que me convertí en un vampiro blanco, en el que me convertí en LactAdict.
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