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martes, 30 de septiembre de 2014
Nuestro templo
Salí de cacería y...
Por lo que ya sabía que pronto me vería en esta gran necesidad de poder pegarme a un delicioso par de mamellas a escurrir de leche, y mentiría si dijera que las de mi "partner" no me vendrían nada mal.
Sin embargo, aunque las enseñanzas de nuestro líder me indicaban que no existe hembra sin un lado de zorrita, luego de mucho analizar la situación no me pareció prudente tratar de lograr algo con "Lau" así que, mientras ella iba a la oficina coincidiendo con unas cuantas veces en que llevaba a ese enemigo natural de todo vampiro blanco, yo solo podía limitarme a observar con cuidado a ese glotón poco compartido de su hijo, ansiando en demasía poder acompañarlo succionando del otro seno de su mami.
Y si, estaba cansado tener que contener mi instinto blanco vampírico sin poder saciar mi apetito al solo poder ver a "Lauren", que decidí hacer algo que no hacía hace ya cierto tiempo; salir de cacería.
Pero eso no me detuvo, ansiaba llevarme a la boca unas tetas del tamaño que fueran, con tal de que tuvieran ese rico y clientito manjar láctico. Y debo añadir, que el tetámen que esa tenía no era para nada pequeño, y si mi ojo calculador no mentía, quizás rondaba un 36D, calculo que rondaría los 30 años, se notaba su esfuerzo en el gym ya que esas caderas y piernas no la harían quedar mal. La hembra en cuestión había tomado asiento cerca de mi banca y luego de mucho ver el panorama, y darme algo de valor, decidí arriesgarlo todo. Pero para mi mala suerte, de un auto que había estacionado cerca, poco a poco se fué acercando un tipo con un niño de la mano, su esposo y su retoño supuse, mierda.
Una presa perdida.
Aunque así no quedó la cosa. Luego de unos minutos la feliz familia se marchó del lugar mientras me lamentaba la situación. Sabía que quizás la hembra no estaría lactando pero me hubiera conformado con poder poseer por un rato esas turgentes tetas que se adivinaban bajo su ligera blusa, y olvidé mencionar que hasta se le notaba un asfixiante bra.
Sin embargo, una caza fallida no debe decepcionarnos, y firme en mi cometido me quedé un rato más esperando una nueva presa. No fue poco el tiempo de espera cuando al fin, del lado contario en el que se fué la presa anterior, se sienta en una banca una mujer y luego del obligatorio exámen mamario que le hice, logré apreciar que en su hombro cargaba una pañalera. Una mami seguramente, modo cazador "on".
Y luego un viejo truco, ocultar mi reloj en mi bolsillo para acercarme a hacerle una pregunta obvia. La mujer parecía tener unas mamellas de volumen menor al de la presa antes escapada, pero por alguna razón esas generosas curvas me decían que escondían algo delicioso y nutritivo dentro de ellas, dentro de esa posible talla 36B. En cuanto a ella, no estaba nada mal, la anterior podía pasar por edecán pero ésta me llamaba más la atención, tenía un poquito más de carne muy bien repartida dándole unas buenas curvas, aunque claro, lo que me importaba era su delantera. Así que no quité el dedo del renglón. Pese a aparentar tener la edad de mi egosita compañera (35 o algo así), la lactante potencial era amable en su trato y sin muchos detalles, supe que fué al parque a hacer tiempo en lo que recogía a su pequeño de 1 año, de la guardería que les mencioné.
Me contó, gracias una pequeña charla que le iba haciendo, (el clima, el trabajo, cosas sin importancia) algunas cosas sin mucha importancia. Y no quisiera hacerles esto muy largo, pues luego del repentino acercamiento, (no muy reconfortante debo confesar, debido a mi largo rato sin cazar), no planeaba seguir yéndome por las ramas ablandando el tema y apunté mis colmillos directo a su objetivo y con mucha cautela le fuí soltando mis intenciones de auténtico vampiro blanco. Creí que saldría corriendo o que al menos me iría de ahí con una palma marcada en mi cara pero pareció mostrarse interesada aunque confundida por la situación. Y nuevamente las enseñanzas de nuestro líder Lactferatu se hicieron ver, cuando a la hembra lechosa la invadió la curiosidad por el elemento metal.
La chica a la que podemos llamar "A" si tenía ciertos problemas económicos, buena parte por su hijo, según me lo hizo saber. Y desde luego, durante la charla me confirmó que en efecto, sus nenas iban repletas. Y la cosa había quedado en que ella se ganaría $600 MXN, algo así como $45 USD o bien €35 EUR, por el darme el placer de tomarme su rica lechita con la condición de no llegar a nada más, no muy barata la cosa, pero mi instinto me superaba, en esos momentos mi billetera quedaría con muy poco pero el gusto bien valía la pena. Así que luego de pensarlo un rato y darle vueltas a mi tentadora propuesta, por fin la nutritiva mujer me dió una respuesta. "... Pero con mucha discreción". Era difícil no distraerme viendo su escote.
Y sin mucho más que decir, me alentó a movernos rápido en su viejo Chevy a algún lugar sin mucha gente. No hubo mucho diálogo en el camino, solo insistía en que no podía creer lo que estaba haciendo. Pero bueno, nos dirigimos en su carro al estacionamiento de un enorme centro comercial de la zona, no muy lejos del parque. Era de esos que tienen como 3 pisos de puros estacionamientos. Cuentan con vigilancia pero muchas veces están más concentrados en leer el periódico que en hacer sus rondines, así que sería buen lugar para amamantarme.
Y de repente, mientras quitaba uno a uno los botones de su blusa, noté que sus manos comenzaban a temblar. Vi como no se animaba a abrir los ojos y la verdad yo no supe como ayudarle a alejar sus dudas, creí que sería momentáneo por lo fortuito del momento.
Les juro, que nada, desde que vi como golearon salvajemente a Brasil en el mundial, me había dado tanta pena, pues vi como de sus ojos le escurrían un par de lágrimas. Diablos, pensé. Mi calentura comenzaba a verse afectada. Intenté calmarla pero no parecía funcionar, me empezó a echar un rollo de su esposo y de ser fiel a su matrimonio, ya había cubierto sus grandes pechos con su blusa, aunque sin abotonar. Sinceramente no me esperaba eso, al principio creí que fingía, era eso o era excelente actriz. Mi instinto me indicó que sus lágrimas no eran falsas así que ya ni le quise pedir una foto de sus melones, por lo que ya no pude traerles un recuerdo. La cosa es que me dió por dejar la situación como una caza perdida luego de pedirme disculpas, le dije que no había problema, (si claro, puedo seguir hambriento). Así que tomé mi dinero y dejé que siguiera su camino.
Al final, creo que sentí algo de piedad mientras la veía limpiándose las lágrimas y abrochando nuevamente su blusa, y aunque ya me había hecho a la idea de que mi alimentación láctica no podría ser este día, cuando había salido de su auto, separé un billete de $100 MXN y se lo dí, no me pareció mucho. Quizás fué algo estúpido, no lo sé, la cosa es que trató de dejarme en el parque y le volví a mentir diciéndole que no había problema, (sigo hambriento, claro que lo hay).
Lo que quería era tomar un taxi y volver a mi oficina. Y así lo hice, pensaba para mis adentros en mi cacería fallida, casi me veía succionando de esos enormes y jugosos globos de carne mientras iba consumiendo todo su delicioso maná. Pero ni modo, ya será en otra ocasión. No hay que dejar que experiencias como estas nos desanimen, ya habrá alguna hembra por ahí que sea un poco más zorrita y se decida a dejar que otro, aparte de su bebé, mame hasta la saciedad de sus pechos, si se le llega al precio, claro.
Yo, por lo pronto seguiré frecuentando ese parque en busca de una nueva y sabrosa presa, quien sabe, tal vez un día me topo con "A" otra vez y terminamos lo que no se atrevió a empezar.
Cambio y fuera compañeros del clan.
martes, 16 de septiembre de 2014
Necesidades
Pero hay que guardar las composturas, si bien es cierto que todo vampiro blanco siente necesidad de llevarse a la boca unas buenas gomas femeninas, también hay que saber tener control. Presiento que pronto podré disfrutar de un rico manjar igual de suculento que la ración diaria que recibe el retoño de "Lauren".
Mientras tanto les dejo un muy buen video que me pasó nuestro buen compañero Marco: